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26 feb 2010
25 feb 2010
Maltrato infantil

Se llama maltrato infantil a toda conducta que produzca daño físico o psíquico en una persona menor de 18 años y que afecte el desarrollo de su personalidad. Se produce cuando la salud física, emocional o la seguridad de un niño están en peligro por acciones o negligencias de las personas encargadas de su cuidado.
Existen diferentes formas de maltrato infantil:
· Maltrato físico: implica el uso de fuerza física (cachetadas, golpes, empujones, lesiones de todo tipo.
· Maltrato emocional o psicológico: es más sutil pero no menos doloroso. Existen dos modalidades:
- la activa, que humilla al niño produciéndole desesperanza, inseguridad y pobre autoestima y se manifiesta a través de actos como los de no respetarlos como personas, insultarlos, quitarles o romperles los juguetes, encerrarlos en su habitación, lastimar o matar sus animales, hacerlos partícipes de las peleas de los adultos, etc.
- la pasiva, que se produce a través del desamor, la indiferencia, el desinterés por el niño.
¿Qué hace que un adulto maltrate a un niño?
Las explicaciones más escuchadas son:
- Así me educaron a mí: los niños aprenden en su familia la forma de manejar su vida, la manera de tratar a las mujeres, a los hijos, a los padres, a los problemas…
- Ya probé todo: la incapacidad de los padres para enfrentar las demandas de los niños tiende a que el nivel de reacción ante éstas sea cada vez más bajo, hasta llegar a la agresión como única forma de respuesta.
- Cuando me enojo no me puedo controlar: en este caso es común que el agresor tenga intensos sentimientos de culpa por haber golpeado o insultado al hijo, pero no puede controlarse.
- Nació por accidente: cuando el nacimiento de un nene trastorna los planes de los padres, en muchos casos, se genera una tendencia a desquitarse con él, haciendo su vida miserable.
- Le doy todo y mirá qué mal responde: cada vez que nace un niño, los padres tienen expectativas con respecto a ese niño. Cuando no las cumple, ya sea porque no puede o porque sus intereses son otros, corre el riesgo de ser maltratado.
- Estoy con muchas preocupaciones y este chico no me entiende: los problemas personales, laborales, económicos tienden a bajar la capacidad de manejar la frustración.
Por otro lado debe tenerse en cuenta que existen patologías específicas que hacen que los adultos maltraten a los niños: depresión, ansiedad, alcoholismo, fármacodependencia, psicosis, sadismo, desviaciones sexuales, etc.
La función del docente
Los docentes, al estar en contacto diario con los chicos, se constituyen en las personas más importantes a la hora de prevenir, detectar e impedir el maltrato infantil. ¿A qué indicios deben prestar atención?
v Ausencias frecuentes de la escuela.
v Aislamiento, tristeza o ansiedad.
v Moretones o chichones frecuentes, que el nene encuentra difícil de justificar.
v Cambios en su rendimiento: un día trabaja muy bien y al siguiente casi no participa.
v Comportamiento agresivo, se pelea con frecuencia.
v Se distrae, le cuesta concentrarse.
v Es temeroso, llora, se aterroriza si se llama a los padres a una reunión.
v Es blanco frecuente de las burlas y agresiones de sus compañeros.
v Los padres no asisten a las reuniones, son poco colaboradores.
v Los padres utilizan apodos poco apropiados para referirse al niño, lo agraden verbalmente, lo amenazan, le hacen burla.
¿Qué hacer?
Cualquier ciudadano PUEDE y DEBE comunicar a la justicia cuando considera que existe una situación de riesgo para un menor. Ni siquiera es necesario tener pruebas del maltrato: se puede denunciar la sospecha de maltrato y dicha denuncia puede ser anónima.
Cualquier persona puede ayudar a evitar el maltrato infantil.
Tu Bebé Crece agradece profundamente la colaboración de la Sra. Emilse Guzmán del Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia del Obispado de San Isidro (EDNA)
Existen diferentes formas de maltrato infantil:
· Maltrato físico: implica el uso de fuerza física (cachetadas, golpes, empujones, lesiones de todo tipo.
· Maltrato emocional o psicológico: es más sutil pero no menos doloroso. Existen dos modalidades:
- la activa, que humilla al niño produciéndole desesperanza, inseguridad y pobre autoestima y se manifiesta a través de actos como los de no respetarlos como personas, insultarlos, quitarles o romperles los juguetes, encerrarlos en su habitación, lastimar o matar sus animales, hacerlos partícipes de las peleas de los adultos, etc.
- la pasiva, que se produce a través del desamor, la indiferencia, el desinterés por el niño.
¿Qué hace que un adulto maltrate a un niño?
Las explicaciones más escuchadas son:
- Así me educaron a mí: los niños aprenden en su familia la forma de manejar su vida, la manera de tratar a las mujeres, a los hijos, a los padres, a los problemas…
- Ya probé todo: la incapacidad de los padres para enfrentar las demandas de los niños tiende a que el nivel de reacción ante éstas sea cada vez más bajo, hasta llegar a la agresión como única forma de respuesta.
- Cuando me enojo no me puedo controlar: en este caso es común que el agresor tenga intensos sentimientos de culpa por haber golpeado o insultado al hijo, pero no puede controlarse.
- Nació por accidente: cuando el nacimiento de un nene trastorna los planes de los padres, en muchos casos, se genera una tendencia a desquitarse con él, haciendo su vida miserable.
- Le doy todo y mirá qué mal responde: cada vez que nace un niño, los padres tienen expectativas con respecto a ese niño. Cuando no las cumple, ya sea porque no puede o porque sus intereses son otros, corre el riesgo de ser maltratado.
- Estoy con muchas preocupaciones y este chico no me entiende: los problemas personales, laborales, económicos tienden a bajar la capacidad de manejar la frustración.
Por otro lado debe tenerse en cuenta que existen patologías específicas que hacen que los adultos maltraten a los niños: depresión, ansiedad, alcoholismo, fármacodependencia, psicosis, sadismo, desviaciones sexuales, etc.
La función del docente
Los docentes, al estar en contacto diario con los chicos, se constituyen en las personas más importantes a la hora de prevenir, detectar e impedir el maltrato infantil. ¿A qué indicios deben prestar atención?
v Ausencias frecuentes de la escuela.
v Aislamiento, tristeza o ansiedad.
v Moretones o chichones frecuentes, que el nene encuentra difícil de justificar.
v Cambios en su rendimiento: un día trabaja muy bien y al siguiente casi no participa.
v Comportamiento agresivo, se pelea con frecuencia.
v Se distrae, le cuesta concentrarse.
v Es temeroso, llora, se aterroriza si se llama a los padres a una reunión.
v Es blanco frecuente de las burlas y agresiones de sus compañeros.
v Los padres no asisten a las reuniones, son poco colaboradores.
v Los padres utilizan apodos poco apropiados para referirse al niño, lo agraden verbalmente, lo amenazan, le hacen burla.
¿Qué hacer?
Cualquier ciudadano PUEDE y DEBE comunicar a la justicia cuando considera que existe una situación de riesgo para un menor. Ni siquiera es necesario tener pruebas del maltrato: se puede denunciar la sospecha de maltrato y dicha denuncia puede ser anónima.
Cualquier persona puede ayudar a evitar el maltrato infantil.
Tu Bebé Crece agradece profundamente la colaboración de la Sra. Emilse Guzmán del Equipo Diocesano de Niñez y Adolescencia del Obispado de San Isidro (EDNA)
24 feb 2010
¿Cómo le “enchufo” el remedio?
Lamentablemente, en algún momento todos los chicos se enferman y el pediatra receta un medicamento. Presurosos vamos a la farmacia, lo adquirimos y a casita, ¡con la solución en nuestras manos! ¿Si? ¿Seguro? Todavía falta la lucha para lograr que nuestro pequeño lo tome…
El momento de la ingesta de los remedios, la mayoría de las veces, se convierte en una verdadera lucha cuerpo a cuerpo en la que descubrimos el tenor de la fuerza física de nuestro nene y la habilidad que tiene para escupir o cerrar la boca empecinadamente.
Lo cierto es que cualquier persona, al estar enferma, está mucho menos receptiva que lo habitual. Más aún si lo que nos ofrecen no nos gusta o nos causa temor y esto es lo que les pasa a los chicos ante la obligación repentina de tomar un líquido asqueroso tres o cuatro veces al día.
¿Cómo hacer, entonces, para lograr que tomen los medicamentos?
Una opción que resulta cómoda a la hora de evitar vuelcos causados por los manotazos del niño es la de usar la tradicional jeringa de plástico. Con ella se debe intentar depositar el medicamento en la parte de atrás de la boca, contra una mejilla y en pequeñas cantidades para que le sea fácil tragarlo y por otro lado, no se ahogue.
Otro truco consiste en mezclar el remedio con jugo o leche. Pero esta opción siempre debe consultarse con el pediatra ya que muchos medicamentos pierden su acción terapéutica al ser mezclados con otros líquidos.
Lo ideal es, cuando ya son más grandecitos, hablar con los chicos: explicarles que el remedio hará que se cure y que se sienta mejor e invitarlo a que lo tome solito y sin llorar porque ya es “grande” o “valiente”. De esta forma se sentirán importantes y responsables.
Por otro lado, es bueno tener a mano un vaso con leche o jugo para ayudarlo a sacar el “gusto feo” del remedio. O premiarlo con un caramelo o algo dulce, que a la vez cumpla ese mismo objetivo.
Nunca es recomendable asustarlos diciéndoles que les pasará algo terrible ni no lo toman: decirles la verdad y remarcar, cuando vuelven a estar sanos, que esto es gracias al medicamento ingerido.
Cuando logres que tome el remedio sin hacer lío, debes felicitarlo, abrazarlo, decirle que ha sido “muy valiente” y contar a todos lo bien que se ha comportado para que se sienta orgulloso ante su logro.
Son muy pero muy pocos los chicos que toman la medicación recetada sin resistirse. Por más que le expliquemos que se lo damos por su bien y que pronto estará sano y no deberá tomarla más… no es tarea fácil. Por eso una recomendación que nunca falla: AMOR Y PACIENCIA. Mucha paciencia…
El momento de la ingesta de los remedios, la mayoría de las veces, se convierte en una verdadera lucha cuerpo a cuerpo en la que descubrimos el tenor de la fuerza física de nuestro nene y la habilidad que tiene para escupir o cerrar la boca empecinadamente.
Lo cierto es que cualquier persona, al estar enferma, está mucho menos receptiva que lo habitual. Más aún si lo que nos ofrecen no nos gusta o nos causa temor y esto es lo que les pasa a los chicos ante la obligación repentina de tomar un líquido asqueroso tres o cuatro veces al día.
¿Cómo hacer, entonces, para lograr que tomen los medicamentos?
Una opción que resulta cómoda a la hora de evitar vuelcos causados por los manotazos del niño es la de usar la tradicional jeringa de plástico. Con ella se debe intentar depositar el medicamento en la parte de atrás de la boca, contra una mejilla y en pequeñas cantidades para que le sea fácil tragarlo y por otro lado, no se ahogue.
Otro truco consiste en mezclar el remedio con jugo o leche. Pero esta opción siempre debe consultarse con el pediatra ya que muchos medicamentos pierden su acción terapéutica al ser mezclados con otros líquidos.
Lo ideal es, cuando ya son más grandecitos, hablar con los chicos: explicarles que el remedio hará que se cure y que se sienta mejor e invitarlo a que lo tome solito y sin llorar porque ya es “grande” o “valiente”. De esta forma se sentirán importantes y responsables.
Por otro lado, es bueno tener a mano un vaso con leche o jugo para ayudarlo a sacar el “gusto feo” del remedio. O premiarlo con un caramelo o algo dulce, que a la vez cumpla ese mismo objetivo.
Nunca es recomendable asustarlos diciéndoles que les pasará algo terrible ni no lo toman: decirles la verdad y remarcar, cuando vuelven a estar sanos, que esto es gracias al medicamento ingerido.
Cuando logres que tome el remedio sin hacer lío, debes felicitarlo, abrazarlo, decirle que ha sido “muy valiente” y contar a todos lo bien que se ha comportado para que se sienta orgulloso ante su logro.
Son muy pero muy pocos los chicos que toman la medicación recetada sin resistirse. Por más que le expliquemos que se lo damos por su bien y que pronto estará sano y no deberá tomarla más… no es tarea fácil. Por eso una recomendación que nunca falla: AMOR Y PACIENCIA. Mucha paciencia…
23 feb 2010
¡Ayúdenme a parir!- Las doulas

La palabra doula proviene del griego y se refería a la mujer esclava que servía a otra mujer o a un hombre, En la actualidad quien primero habló de doula para referirse a las mujeres que ayudaban a otras madres en el cuidado del recién nacido en Filipinas fue la antropóloga Dana Raphael.
Según DAR (Doulas de Argentina), una doula es una mujer que ha tenido hijos y se pone al servicio de otra mujer que va a parir, acompañándola en el embarazo, el parto y el puerperio. Años atrás, las familias eran numerosas y la parturienta estaba rodeada de mujeres (madre, tías, hermanas) que ayudaban ocupándose de las cuestiones domésticas y de contenerla afectivamente. Hoy, en cambio, las grandes familias ya no viven bajo el mismo techo y las mujeres perdimos el “entorno femenino facilitador” del parto y la crianza. Así surgen las doulas, como una forma de recuperar ese aporte, esa protección y ese soporte emocional.
Roxana González de DAR nos cuenta que “en términos generales, la figura de la doula no está demasiado aceptada. Muchas veces se la intenta asimilar a algún rol conocido, como ser acompañantes terapéuticas o preparadoras corporales, lo cual es complicado porque están esperando algo diferente a lo que hacemos, o por el contrario no esperan nada de lo que hacemos y se sorprenden”.
¿Qué hace la doula?
Ante todo hay que saber que una doula NO se ocupa de los aspectos clínicos del parto: su tarea fundamental es la de acompañamiento y la de intentar que cada mujer se conecte con sus deseos sobre cómo quisiera que sucedieran las cosas durante el parto y llevar a cabo estos deseos dentro de lo posible.
¿Cuáles son sus funciones, entonces?
Una doula pone al servicio de la mujer embarazada todos sus conocimientos tendientes a obtener bienestar: masajes, ejercicios respiratorios, reiki, dígitopuntura, ambientación con música y cualquier tipo de actividad que pueda ser de su agrado y que la ayude durante el trabajo de parto. Siempre respetando los deseos de la mujer puede acompañar durante las contracciones, acercarle lo que necesita (agua, abrigo, aire fresco, por ejemplo), sugerir posturas más cómodas o simplemente “estar ahí” Lo que hace una doula es mantener una atención cuidadosa pero no invasiva, comprendiendo las necesidades de la mujer y aportando algo que es muy difícil de conseguir en los ambientes hospitalarios: paciencia.
Michel Odent, prestigioso ginecólogo francés, pionero en la promoción del parto fisiológico dice que “el valor de una doula radica fundamentalmente en lo que “es” y no en lo que sabe o hace”. Ello porque una doula es simplemente una mujer que ha parido, que sabe de qué se trata, en consecuencia su capacidad se basa en lo vivido, en una experiencia intransferible: ninguna enseñanza puede reemplazar el camino recorrido.
Sin embargo hay cuestiones de la tarea de las doulas que sí deben estar presentes:
- conocer la fisiología del parto.
- conocer los pormenores del parto con diversos grados de dificultad y de la cesárea.
- manejar información que le permita detectar patologías.
- tener conocimientos de primeros auxilios.
- entender la importancia del apoyo y acompañamiento emocional.
- estar siempre atenta a las necesidades de la mujer.
- proveer el máximo bienestar posible, sin perturbarla en su trabajo de parto.
- privilegiar la atención a la parturienta por sobre la atención a cualquier otra persona.
- respetar la decisión de la mujer y su pareja en cualquier caso, aunque ésta sea la de dejar afuera del parto a la doula.
- fomentar el vínculo madre- bebé y la lactancia materna.
- conocer previamente a la parturienta para establecer un vínculo de honestidad y confianza y detectar así sus preferencias, inquietudes, personalidad.
- alentar a la embarazada para que obtenga la máxima información posible, por medio de preguntas a su médico y partera.
- alentar a la parturienta a conocerse y a pedir TODO lo que necesita.
¿Reemplaza la doula a la partera, al obstetra o al papá del bebé?
Nunca. Una doula no interfiere con ninguna otra persona que forme parte del equipo asistencial ni con el papá.
Veamos las diferencias:
Doula/ Partera: una partera está preparada para asistir un parto en condiciones normales mientras que una doula no interviene en cuestiones obstétricas ni está facultada para evaluar el progreso del parto ni para detectar patologías, se concentra en la mamá brindando asistencia pero no puede desarrollar ninguna tarea clínica.
Doula/ Obstetra: el obstetra entra en escena cuando el trabajo de parto está muy avanzado y es el que resuelve cualquier situación que requiera intervención médica.
Doula/ Papá: el papá atraviesa una situación muy intensa, con muchas emociones mezcladas y la doula sirve de soporte también para él.
En Argentina recién ahora se está empezando a conocer el servicio de las doulas; según González “hay algunos profesionales (contados con los dedos) que han tenido la oportunidad de compartir un nacimiento donde hubo una doula y cuando esto sucede, en general pueden apreciar los beneficios para la madre y la familia. Como no existe un título oficial de doula es difícil entrar en una institución como tal. Pero hay algunas que tienen una mentalidad más de vanguardia, que están incorporando doulas muy de a poquito”.
¿Y de leyes, cómo andamos?
La ley argentina no contempla la figura de la doula específicamente. Tampoco existe una legislación que las prohíba. La especialista nos cuenta que “en realidad, desde que existe la ley 25929 de derechos en el nacimiento, toda mujer tiene derecho a estar acompañada por alguien de sus afectos. En el caso de que no hubiera una pareja, o un familiar dispuesto, estarían habilitadas las doulas, aunque la ley no lo explicite. De cualquier manera, la realidad es que las prohibiciones a entrar a la sala de partos son una convención, o sea, usos y costumbres de las instituciones. Es muy claro que cuando hay buena disposición del profesional que asiste, las doulas pueden estar en la sala de partos sin ningún inconveniente, como de hecho sucedió en varios casos. En otros países, las mujeres paren acompañadas de quien quieren. Observarlo es fácil: miren los programas de Discovery Home and Health y se van a dar cuenta.”
Ante esta resistencia de los médicos y de los establecimientos es necesario, para el caso de querer contar con la ayuda de una doula durante el parto, abordar y resolver el tema con anticipación: nunca es recomendable tomar esta decisión o plantearla a último momento. Para González es importante estar durante el parto “con alguien con quien la mujer se siente cómoda, en confianza y en intimidad, y no alguien impuesto como lo son la mayoría de los personajes que rodean a la parturienta en las salas de parto”
¿Cuándo solicitar una doula y por qué?
Durante el embarazo. En la clínica después del nacimiento. Al regresar a casa después del parto. Cuando el papá retoma su trabajo. Si me siento temerosa, sola, indefensa, angustiada, triste. Si creo que “no voy a poder sola”. Si el bebé llora mucho y no sé que hacer. Si tengo problemas con la lactancia. PORQUE NECESITAMOS AYUDA.
Más información:
http://www.doulasdeargentina.com.ar/
http://www.fundacioncreavida.org.ar/
http://www.crianza.com.ar/
Según DAR (Doulas de Argentina), una doula es una mujer que ha tenido hijos y se pone al servicio de otra mujer que va a parir, acompañándola en el embarazo, el parto y el puerperio. Años atrás, las familias eran numerosas y la parturienta estaba rodeada de mujeres (madre, tías, hermanas) que ayudaban ocupándose de las cuestiones domésticas y de contenerla afectivamente. Hoy, en cambio, las grandes familias ya no viven bajo el mismo techo y las mujeres perdimos el “entorno femenino facilitador” del parto y la crianza. Así surgen las doulas, como una forma de recuperar ese aporte, esa protección y ese soporte emocional.
Roxana González de DAR nos cuenta que “en términos generales, la figura de la doula no está demasiado aceptada. Muchas veces se la intenta asimilar a algún rol conocido, como ser acompañantes terapéuticas o preparadoras corporales, lo cual es complicado porque están esperando algo diferente a lo que hacemos, o por el contrario no esperan nada de lo que hacemos y se sorprenden”.
¿Qué hace la doula?
Ante todo hay que saber que una doula NO se ocupa de los aspectos clínicos del parto: su tarea fundamental es la de acompañamiento y la de intentar que cada mujer se conecte con sus deseos sobre cómo quisiera que sucedieran las cosas durante el parto y llevar a cabo estos deseos dentro de lo posible.
¿Cuáles son sus funciones, entonces?
Una doula pone al servicio de la mujer embarazada todos sus conocimientos tendientes a obtener bienestar: masajes, ejercicios respiratorios, reiki, dígitopuntura, ambientación con música y cualquier tipo de actividad que pueda ser de su agrado y que la ayude durante el trabajo de parto. Siempre respetando los deseos de la mujer puede acompañar durante las contracciones, acercarle lo que necesita (agua, abrigo, aire fresco, por ejemplo), sugerir posturas más cómodas o simplemente “estar ahí” Lo que hace una doula es mantener una atención cuidadosa pero no invasiva, comprendiendo las necesidades de la mujer y aportando algo que es muy difícil de conseguir en los ambientes hospitalarios: paciencia.
Michel Odent, prestigioso ginecólogo francés, pionero en la promoción del parto fisiológico dice que “el valor de una doula radica fundamentalmente en lo que “es” y no en lo que sabe o hace”. Ello porque una doula es simplemente una mujer que ha parido, que sabe de qué se trata, en consecuencia su capacidad se basa en lo vivido, en una experiencia intransferible: ninguna enseñanza puede reemplazar el camino recorrido.
Sin embargo hay cuestiones de la tarea de las doulas que sí deben estar presentes:
- conocer la fisiología del parto.
- conocer los pormenores del parto con diversos grados de dificultad y de la cesárea.
- manejar información que le permita detectar patologías.
- tener conocimientos de primeros auxilios.
- entender la importancia del apoyo y acompañamiento emocional.
- estar siempre atenta a las necesidades de la mujer.
- proveer el máximo bienestar posible, sin perturbarla en su trabajo de parto.
- privilegiar la atención a la parturienta por sobre la atención a cualquier otra persona.
- respetar la decisión de la mujer y su pareja en cualquier caso, aunque ésta sea la de dejar afuera del parto a la doula.
- fomentar el vínculo madre- bebé y la lactancia materna.
- conocer previamente a la parturienta para establecer un vínculo de honestidad y confianza y detectar así sus preferencias, inquietudes, personalidad.
- alentar a la embarazada para que obtenga la máxima información posible, por medio de preguntas a su médico y partera.
- alentar a la parturienta a conocerse y a pedir TODO lo que necesita.
¿Reemplaza la doula a la partera, al obstetra o al papá del bebé?
Nunca. Una doula no interfiere con ninguna otra persona que forme parte del equipo asistencial ni con el papá.
Veamos las diferencias:
Doula/ Partera: una partera está preparada para asistir un parto en condiciones normales mientras que una doula no interviene en cuestiones obstétricas ni está facultada para evaluar el progreso del parto ni para detectar patologías, se concentra en la mamá brindando asistencia pero no puede desarrollar ninguna tarea clínica.
Doula/ Obstetra: el obstetra entra en escena cuando el trabajo de parto está muy avanzado y es el que resuelve cualquier situación que requiera intervención médica.
Doula/ Papá: el papá atraviesa una situación muy intensa, con muchas emociones mezcladas y la doula sirve de soporte también para él.
En Argentina recién ahora se está empezando a conocer el servicio de las doulas; según González “hay algunos profesionales (contados con los dedos) que han tenido la oportunidad de compartir un nacimiento donde hubo una doula y cuando esto sucede, en general pueden apreciar los beneficios para la madre y la familia. Como no existe un título oficial de doula es difícil entrar en una institución como tal. Pero hay algunas que tienen una mentalidad más de vanguardia, que están incorporando doulas muy de a poquito”.
¿Y de leyes, cómo andamos?
La ley argentina no contempla la figura de la doula específicamente. Tampoco existe una legislación que las prohíba. La especialista nos cuenta que “en realidad, desde que existe la ley 25929 de derechos en el nacimiento, toda mujer tiene derecho a estar acompañada por alguien de sus afectos. En el caso de que no hubiera una pareja, o un familiar dispuesto, estarían habilitadas las doulas, aunque la ley no lo explicite. De cualquier manera, la realidad es que las prohibiciones a entrar a la sala de partos son una convención, o sea, usos y costumbres de las instituciones. Es muy claro que cuando hay buena disposición del profesional que asiste, las doulas pueden estar en la sala de partos sin ningún inconveniente, como de hecho sucedió en varios casos. En otros países, las mujeres paren acompañadas de quien quieren. Observarlo es fácil: miren los programas de Discovery Home and Health y se van a dar cuenta.”
Ante esta resistencia de los médicos y de los establecimientos es necesario, para el caso de querer contar con la ayuda de una doula durante el parto, abordar y resolver el tema con anticipación: nunca es recomendable tomar esta decisión o plantearla a último momento. Para González es importante estar durante el parto “con alguien con quien la mujer se siente cómoda, en confianza y en intimidad, y no alguien impuesto como lo son la mayoría de los personajes que rodean a la parturienta en las salas de parto”
¿Cuándo solicitar una doula y por qué?
Durante el embarazo. En la clínica después del nacimiento. Al regresar a casa después del parto. Cuando el papá retoma su trabajo. Si me siento temerosa, sola, indefensa, angustiada, triste. Si creo que “no voy a poder sola”. Si el bebé llora mucho y no sé que hacer. Si tengo problemas con la lactancia. PORQUE NECESITAMOS AYUDA.
Más información:
http://www.doulasdeargentina.com.ar/
http://www.fundacioncreavida.org.ar/
http://www.crianza.com.ar/
22 feb 2010
Anécdotas divertidas
Sandra (mamá de Ana y Tomás): Cuando nació Tomy, Anita ya tenía casi cuatro años y estaba muy celosa. Al punto de que una noche, mientras yo hamacaba a Tomy para que deje de llorar (el llanto ya era prolongado, causado por cólicos) escucho una vocecita que salía de su cuarto que decía: “que se muera, que se muera, que se muera…”
Romina (mamá de Pedro): Estábamos en la etapa de intentar que Pedro deje el chupete. Todos los días viajábamos en el mismo remis hasta el jardín y Pedrito era muy amigo del chofer, hablaban, se reían, jugaban durante el camino. Cierta tarde venían charlando lo más bien hasta que el chofer le dijo: ¿por qué no te sacás el chupete que no te entiendo? Ante esto, Pedrito dio vuelta la cara para mirar por la ventanilla y le grito: “¡con vos no estoy hablando!
Carla (mamá de Nicolás): Nico estaba en la etapa de las preguntas, quería saber todo y no le importaba preguntar a cualquiera que se le cruzara por el camino sobre el tema que sea. Una tarde, al entrar a la verdulería, fue derechito hacia la señora que atendía, bastante gorda ella y le espetó: ¿Vos tenés un bebé en la panza?
Romina (mamá de Pedro): Estábamos en la etapa de intentar que Pedro deje el chupete. Todos los días viajábamos en el mismo remis hasta el jardín y Pedrito era muy amigo del chofer, hablaban, se reían, jugaban durante el camino. Cierta tarde venían charlando lo más bien hasta que el chofer le dijo: ¿por qué no te sacás el chupete que no te entiendo? Ante esto, Pedrito dio vuelta la cara para mirar por la ventanilla y le grito: “¡con vos no estoy hablando!
Carla (mamá de Nicolás): Nico estaba en la etapa de las preguntas, quería saber todo y no le importaba preguntar a cualquiera que se le cruzara por el camino sobre el tema que sea. Una tarde, al entrar a la verdulería, fue derechito hacia la señora que atendía, bastante gorda ella y le espetó: ¿Vos tenés un bebé en la panza?
19 feb 2010
Nuestro amigo Ácido Fólico

¿Estás pensando en quedar embarazada? ¿Están hablando sobre la posibilidad de buscar un bebé? No esperes a tener el resultado positivo en tu mano para ver a tu médico y para tomar las primeras medidas saludables previas a un embarazo: empieza a tomar ácido fólico ¡ya!
El ácido fólico es una vitamina del grupo B que se encuentra en el jugo de naranja, las lentejas, los cereales fortificados, el maní y las verduras verdes como la espinaca y la lechuga. Su consumo, antes y durante el embarazo, reduce en un 70% el riesgo de que el bebé nazca con serios defectos en el tubo neural.
Pero, ¿qué es el tubo neural? El doctor José María Courtis, Ginecólogo y Obstetra nos explica que “es el precursor embrionario de todos los órganos del sistema nervioso y del cráneo”. Es decir, es la parte del embrión que va a convertirse en cerebro y médula espinal.
Los defectos más comunes del tubo neural son:
- Espina bífida: malformación de la médula espinal y la espina dorsal por la que éstas no se cierran completamente.
- Anencefalia: desarrollo insuficiente del cerebro, es incompatible con la vida.
- Encefalocele: el tejido cerebral sale hacia fuera de la piel a través de un orificio en el cráneo.
Nada despreciables, por cierto y menos aún el tener la certeza de que estos defectos ocurren durante los primeros 28 días del embarazo; es decir antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Por ello, el Dr. Courtis nos cuenta que “se recomienda empezar a tomarlo tres meses antes de quedar embarazada y continuar con la toma durante los primeros tres meses de embarazo. La dosis es de 1 mg. por día cuando la mujer no tiene antecedentes de malformaciones y de 5 mg. por día cuando sí los tiene”
La efectividad del ácido fólico está probada en mujeres que tienen antecedentes de este tipo y que lo empiezan a tomar antes del embarazo: “si se comienza a tomar cuando la mujer viene a la primera consulta ya embarazada, la efectividad es mucho menor” afirma el especialista.
Un dato a tener en cuenta es que es muy difícil obtener la cantidad necesaria de esta vitamina sólo de la dieta: “los alimentos lo contienen en bajas cantidades y sería necesario comer grandes cantidades de los mismos para cumplir con los requerimientos necesarios” informa el obstetra.
En consecuencia, futuras madres: recurran a su médico y consulten sobre la ingesta de ácido fólico antes de empezar a buscar un hijo: no tiene efectos adversos y los beneficios son impagables.
José María Courtis es Médico Ginecólogo y Obstetra. Obtuvo su título en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente se desempeña como médico de planta del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cutral-Co/ Plaza Huincul.
El ácido fólico es una vitamina del grupo B que se encuentra en el jugo de naranja, las lentejas, los cereales fortificados, el maní y las verduras verdes como la espinaca y la lechuga. Su consumo, antes y durante el embarazo, reduce en un 70% el riesgo de que el bebé nazca con serios defectos en el tubo neural.
Pero, ¿qué es el tubo neural? El doctor José María Courtis, Ginecólogo y Obstetra nos explica que “es el precursor embrionario de todos los órganos del sistema nervioso y del cráneo”. Es decir, es la parte del embrión que va a convertirse en cerebro y médula espinal.
Los defectos más comunes del tubo neural son:
- Espina bífida: malformación de la médula espinal y la espina dorsal por la que éstas no se cierran completamente.
- Anencefalia: desarrollo insuficiente del cerebro, es incompatible con la vida.
- Encefalocele: el tejido cerebral sale hacia fuera de la piel a través de un orificio en el cráneo.
Nada despreciables, por cierto y menos aún el tener la certeza de que estos defectos ocurren durante los primeros 28 días del embarazo; es decir antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Por ello, el Dr. Courtis nos cuenta que “se recomienda empezar a tomarlo tres meses antes de quedar embarazada y continuar con la toma durante los primeros tres meses de embarazo. La dosis es de 1 mg. por día cuando la mujer no tiene antecedentes de malformaciones y de 5 mg. por día cuando sí los tiene”
La efectividad del ácido fólico está probada en mujeres que tienen antecedentes de este tipo y que lo empiezan a tomar antes del embarazo: “si se comienza a tomar cuando la mujer viene a la primera consulta ya embarazada, la efectividad es mucho menor” afirma el especialista.
Un dato a tener en cuenta es que es muy difícil obtener la cantidad necesaria de esta vitamina sólo de la dieta: “los alimentos lo contienen en bajas cantidades y sería necesario comer grandes cantidades de los mismos para cumplir con los requerimientos necesarios” informa el obstetra.
En consecuencia, futuras madres: recurran a su médico y consulten sobre la ingesta de ácido fólico antes de empezar a buscar un hijo: no tiene efectos adversos y los beneficios son impagables.
José María Courtis es Médico Ginecólogo y Obstetra. Obtuvo su título en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente se desempeña como médico de planta del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Cutral-Co/ Plaza Huincul.
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