28 abr 2010

Mami, tengo miedo...


Hay un monstruo debajo de la cama. ¿Qué es ese ruido feo? No me gustan las tormentas. Cerrá la ventana así no entra un ladrón. ¿Dejás una luz prendida así no tengo miedo? Ese viejo es muy malo. Me asusta que venga un hermanito porque no me vas a querer más. ¿Vos no te vas a morir, no?
Miedos. Susto. Ansiedad. Angustia. Tan chiquitos y tantas cosas que causan temor…
Los temores de los chicos varían según el niño y según las situaciones que vive. Pero generalmente, los miedos son los mismos: los insectos, la oscuridad, las tormentas, la muerte, las personas desconocidas, los ruidos fuertes, los animales…
Los miedos se dan en todas las edades (debo reconocer que hasta el día de hoy tengo miedo a las arañas, por ejemplo) pero en los nenes se presentan con mayor fuerza entre los dos y los seis años: entre esas edades aún no entienden el mundo que los rodea, se encuentran a diario con cosas que desconocen y además no separan realidad de fantasía.
¿De dónde vienen?
Los miedos aparecen solos y así se van. Incluso a veces, los chicos van cambiando y pasan de tenerle miedo al cuco a tenerle miedo a la muerte. Pueden surgir a raíz de una película, de algún cuento, de las historias que cuentan los amiguitos o de propias experiencias negativas.
Algunos de estos miedos hasta pueden resultar beneficiosos ya que evitan accidentes: miedo a cruzar la calle, miedo a que lo muerda un perro, miedo a caerse del tobogán: son temores que enseñan a ser cuidadosos ante situaciones que así lo exigen.
¿Qué hacer?
Transmitir seguridad, ayudarlo a superar el miedo con comprensión y cariño. Explicarle que en casa no hay monstruos, que es un lugar seguro, que mamá y papá lo están cuidando siempre, que las tormentas están afuera y no le van a hacer mal, detallarle el origen de cada ruido fuerte que lo sobresalte… la explicación lógica de lo que pasa siempre sirve para erradicar el miedo. Usar la imaginación y el humor: si un nene aprende a reírsede los miedos, deja de tenerlo.
Nunca hay que hacerlo sentir mal por tener miedo a algo: respetarlo y evitar frases como “no seas tonto, no tengas miedo, no te creo” Para un nene su miedo es real y le causa angustia tanto si se trata de miedo a la muerte como si habla de miedo a una cucaracha. Un padre o una madre no puede evitar que su hija tenga miedos pero sí enseñarle a manejarlos y minimizarlos.

Hay que miedo tengo, que vengan los miedos
miedo si está oscuro, miedo a los truenos.
Mi abuela me dijo que el susto se va.
Si cierro los ojos y pienso en papá.

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