14 may 2010

El primer nexo: el cordón umbilical


El cordón umbilical es una estructura tubular que mide entre 30 y 100 centímetros que está formada por dos arterias y una vena, todo esto rodeado de una especie de gelatina firme recubierta por un fino envoltorio: las arterias salen del bebé y se dirigen a la placenta y la vena se origina en la placenta y se dirige de regreso al bebé.


¿Cuál es su función?
Un bebé, dentro del vientre materno nunca tiene hambre ni respira; todo lo que necesita proviene de su mamá en forma de oxígeno y nutrientes que se encuentran en la sangre materna y que filtrados por la placenta son derivados hacia el bebé mediante el cordón. Es decir que el bebé depende del cordón umbilical para vivir y desarrollarse hasta estar listo para nacer. Además, a través de él se eliminan sustancias tóxicas que el bebé debe separar de su cuerpo.


¿Qué problemas pueden surgir relacionados con el cordón umbilical?
Los más comunes son la circular de cordón, el nudo de cordón y la brevedad del cordón, los que se explican a continuación:
- Circular de cordón: es la presencia de una o más vueltas del cordón alrededor del cuello del bebé antes o al momento de nacer. Lo real es que estas vueltas aparecen y desaparecen debido a los movimientos del bebé y no implican necesariamente la realización de una cesárea ni complicaciones para el bebé: alrededor del 20% presenta una circular de cordón y no tiene ningún problema grave.
- Nudo de cordón: también debido a sus movimientos, el bebé puede llegar a anudar su cordón. Generalmente no ocasiona ningún problema pero si llega a apretarse podría poner en peligro la vida del bebé.
- Brevedad del cordón: cordones muy cortos, de menos de 30 cm, pueden ocasionar complicaciones durante el parto.


¿Qué cuidados tener después del nacimiento?
Apenas nace el bebé, el obstetra corta el cordón umbilical y queda un pequeño muñón que luego se seca y al cabo de unos días, cae. Es importante mantenerlo limpio y seco: para ello no se debería sumergir al bebé en agua para bañarlo sino higienizarlo con una esponja húmeda hasta el día posterior a la caída del cordoncito.
Además es necesario que, cada vez que cambiemos el pañal del bebé, limpiemos el cordón con un algodón embebido en alcohol, para mantenerlo libre de infecciones.
Dos signos a los que hay que prestar atención y por los que hay que consultar con el pediatra, dado que son indicadores de que puede haber una infección son:
- Enrojecimiento y sensibilidad de la piel alrededor del cordón.
- Secreción amarillenta y mal oliente.

El cordón umbilical es el nexo entre bebé y mamá. Al cortarlo, en el momento del parto, el bebé se convierte en un ser independiente y tendrá que empezar a respirar y alimentarse por sí mismo. Se vuelve un ser indefenso que requiere de todos los cuidados y atenciones de su mamá para poder sobrevivir.
Así que, madres, ¡a convertirse en el “cordón umbilical ambulante” de nuestro pequeño hijo!

1 comentario:

Verónica Viviana Aquino Solis dijo...

excelente nota! Ahora soy una Investigadora Asociada en el campo del Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas