8 sept 2009

El cólico nuestro de cada día

Casi todos los bebés sufren de cólicos durante sus tres primeros meses de vida. Y con ellos, sufren sus papás, claro. Es que no es fácil escuchar el llanto persistente del pequeño, sin causa aparente y sin solución a la vista y mucho menos verlo ponerse rojo y retorcer sus manitos y piernas en un intento por calmar ese dolor desconocido que lo aqueja.
El cólico es un dolor intestinal agudo que provoca la distensión del abdomen a causa de los gases. Algunos bebés los sufren todos los días, generalmente para la misma hora y a otros sólo les toca padecerlos en pocas oportunidades y sin un horario fijo. Lo que sí puede afirmarse es que, por lo general, desaparecen luego de los tres meses de vida, período durante el cual el sistema digestivo se encuentra, aún, en proceso de maduración.
¿Cómo ayudar?
Lo más importante es no entrar en pánico: si esto pasa, nos metemos en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir: el bebé llora para descargar su ansiedad y dolor, la mamá se pone nerviosa porque no encuentra el motivo, el bebé percibe estos nervios y redobla su llanto.
Una vez que aprendimos que los cólicos llegan, se sufren y en un tiempo se van, se puede ayudar al pequeño con algunos remedios caseros que pueden aliviar su dolor:
- Asegurarnos de que eructe después de cada comida para que elimine todo el aire que ingirió.
- Hacerle masajes en la pancita con sus propias rodillas o con nuestra mano en forma horizontal a la altura del ombligo y al llegar al otro extremo del abdomen bajar la mano hasta casi llegar a la pierna. De esta forma lo ayudamos a eliminar gases.
- Acostarlo boca abajo sobre nuestro regazo o nuestro brazo.
- Intentar que use el chupete, que calma más angustias y ansiedades que cualquier otro invento conocido.
- Sentarlo en nuestro regazo y subirle las piernitas hasta que sus rodillas toquen su pancita.
¿Y las mamás?
Las mamás, no deben desesperar. Debes comprender que es una etapa por la que pasan casi todos los bebés. Cuando quieras darte cuenta, los cólicos habrán pasado y pensarás en ello como en algo muy lejano.
Es muy importante que las madres entiendan que no pueden hacer todo solas y que deben pedir ayuda. Los momentos en los que el bebé llora desconsolado porque tiene un cólico son de gran angustia y desesperación. Por eso es necesario que las mamás descansen y estén preparadas y con fuerzas para enfrentar estos episodios; la falta de sueño y el cansancio disminuyen la paciencia y la confianza en una misma que son tan necesarias para establecer una buena relación con tu bebé.
¿A quién recurrir?
En realidad, el cólico es un misterio. Nadie sabe exactamente su origen pero todos tiene una opinión para dar: que se quedó con hambre, que este masaje es mejor que el que vos elegiste, que habría que llevarlo al pediatra a ver si tiene algo, que lo saques a pasear en auto, que quizás no tolera la leche materna, etc.
No es conveniente escuchar a tantas voces sabiondas: vos sos la mamá y nadie más que vos va a saber que es lo mejor para él. En definitiva, ni siquiera los médicos tienen la receta para “curar” los cólicos. Así que dedicate a mimar, consolar y hacer los masajes que tu instinto te sugiera.

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