Fernanda (mamá de Ramiro)
A Ramiro le encantan los sapos y a mí también pero sólo verlos; tocarlos me da asco. Cuando salía del Jardín se metía en el parque de adelante, le pedía una bolsa a los chicos de seguridad y la llenaba de sapos.
Un día nos tomamos un taxi a casa con la bolsa y el quería comer algo así que yo le dije que la deje en el piso porque ni loca la tocaba: los sapos empezaron a saltar y se fueron para la parte de adelante del auto, ¡a los pies del taxista!
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