10 dic 2009

Llega Papá Noel: ¿Creer o no creer?


Un poquito de historia

Papá Noel. Santa Claus. San Nicolás. Distintos nombres para un mismo personaje: un viejito bonachón, de barba blanca, mejillas sonrosadas, enorme barriga y traje rojo que trae regalos para Navidad a los niños que se han portado bien durante todo el año.
Inspirado en un obispo cristiano llamado Nicolás que vivió en el siglo IV en lo que es hoy Turquía, era hijo de una familia acomodada y, al quedar huérfano a causa de la peste, repartió sus bienes entre los necesitados y se ordenó como sacerdote.
Hay varias leyendas relacionadas con este obispo y que lo han ido llevando a convertirse en este mito hoy más vigente que nunca:
Una de estas historias narra que un criminal acuchilló a varios niños y que San Nicolás habría rezado por ellos logrando su recuperación inmediata.
Otro relato cuenta que cierta vez, enterado que un vecino se hallaba en bancarrota y que estaba desesperado por no tener la dote para su hija, dejó una bolsa con monedas de oro como obsequio. El casamiento pudo realizarse y así surgió la costumbre de intercambiar regalos en Navidad.
Sea como sea, estas historias se fueron transformado con el tiempo y se llegó al “modelo actual” de Papá Noel: con trineo, renos y bolsas con regalos. Esta última versión es responsabilidad del ingenio norteamericano al igual que la imagen vestido de rojo, con cinturón y botas negras que nació cuando una marca de gaseosas, en 1931, le encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara a Papá Noel para su campaña navideña.
Así las cosas, Papá Noel viviría en el Polo Norte, con su señora y un gran número de duendecitos que lo ayudan a fabricar juguetes. A través de sus cartas, los nenes hacen sus pedidos y en la noche de Navidad, las repartiría en su trineo volador, entrando en todas las casas por la chimenea o por la ventana. Para recibir regalos es requisito “haberse portado bien” ya que Papá Noel cuenta con un telescopio con el que puede ver a todos los nenes del mundo.

Creer, creer, creer… los nenes deben creer

Cada familia tiene su propio manejo de las creencias y de los ritos navideños. Algunas prefieren apoyar la tradición y la ilusión de los niños y otras no quieren crear falsas expectativas en ellos.
Tu bebé crece es ampliamente partidario de la fantasía, de las ilusiones, de los sueños, de creer: en Papá Noel, en el Ratón Pérez, en los Reyes Magos… creer, creer y creer.
“Yo me quedo despierto todo lo que puedo para intentar verlo cuando deja los regalos” nos cuenta Matías de cinco añitos. “¡Yo lo vi, yo lo vi! Pero no le hablé porque era chiquito y me dio miedo” narra Valentina, muy emocionada.
La idea de Papá Noel es parte del imaginario infantil, se va superando con el paso del tiempo y a medida que cada nene va teniendo un mayor acceso a la información: con el tiempo se va transformando en un simple recuerdo de la infancia.
En la mayoría de los hogares se arma el arbolito, se decoran las puertas y las mesas navideñas y los nenes piden sus regalos a Papá Noel a través de cartitas que dejan en el árbol de Navidad. Y todos los papás insistimos que para recibir regalos “hay que portarse bien”. Por ello la fantasía de Papá Noel puede servir como un estímulo para lograr que se esfuercen: claro que ese esfuerzo debe tener recompensa, para que sea positivo y motivador para el niño.
Y no debemos olvidar, además, que esta época del año es para los más chiquitos una experiencia llena de emoción y felicidad y que los papás debemos disfrutar a su lado: cuando empiecen a dudar y a hacer preguntas, habrá llegado el momento de contarles la verdad y allí replantearnos cómo pasar las fiestas sin Papá Noel.

1 comentario:

Caro Nasisi dijo...

Creemos!!!!!!