11 dic 2009

¿Tenemos una mascota?


Según un estudio efectuado en Estados Unidos, el 75% de los nenes acude a sus mascotas cuando están preocupados o ante situaciones difíciles. Este dato nos indica el vínculo tan especial que suele crearse entre los chicos y las mascotas.
Tener un animal puede ayudar a los niños en muchos aspectos, entre ellos:
- A ser más responsables: se le pueden asignar pequeñas tareas en relación con la mascota como darles comida, mantener el tarrito del agua lleno o jugar en determinados momentos.
- A respetar la naturaleza y a entender los procesos vitales del ser humano: nacimiento, crecimiento, reproducción y muerte.
- A desarrollar un carácter más sociable y abierto.
- A reducir el estrés y la ansiedad: acariciar a un animal hace que nuestro cuerpo segregue endorfinas que proporcionan bienestar físico.
- A ser más compasivos y entender mejor los problemas o el sufrimiento de los demás (empatía).
Sin embargo, decidir la adquisición de un animalito no es un tema tan liviano como el de comprar un juguete o planificar unas vacaciones: hay que tener en cuenta que, no importa cuánto prometan los pequeños que van a cuidar a su mascota: es inevitable que casi toda la responsabilidad recaerá sobre mamá y papá.
Asimismo deben ponderarse varios puntos antes de tomar la decisión:
- Todos los animalitos necesitan cariño, cuidados y compromiso de sus dueños: una mascota que requiera poco cuidado es prácticamente imposible.
- Se debe considerar el presupuesto con que se cuenta: no sólo hay que abonar el importe de la adquisición de la mascota sino que van a surgir nuevos gastos fijos mensuales: alimentación, vacunas, estética, atención médica, accesorios (perrera, jaula, pecera, juguetes, etc.)
- Se debe tener en cuenta el espacio físico del que disponemos en casa y el tiempo que podemos dedicarle.
- La salud de los integrantes de la familia es un factor muy importante: hay que tener en cuenta si existe alguna persona alérgica a los pelos, si hay mujeres embarazadas (para el caso de los gatos que pueden transmitir toxoplasmosis), etc.
- La edad de los chicos de la casa también debe ser considerada: hay mascotas que pueden tener todos los niños pero hay otras que no son recomendables para nenes muy pequeños por las mordeduras que pueden ocasionar (por ejemplo, las cotorras). Además a los chiquitos les gusta sentir texturas y tocar a sus animalitos, algo imposible de realizar con un pez o con un canario.
- Las enfermedades más comunes de la especie elegida y las medidas higiénicas que deberíamos adoptar para prevenirlas también deben ser evaluadas.
Existen muchas opciones a la hora de elegir: perros, gatos, peces, aves, roedores (hámsteres, conejos, cobayos), algunos reptiles como las iguanas y hasta erizos. Los niños prefieren perros y gatos, especialmente por la facilidad de relación que ofrecen. Sin embargo, teniendo en cuenta las posibilidades de la familia, deberá llegarse a un acuerdo sobre qué mascota será la indicada y si la que el niño prefiere no es posible, debemos explicar por qué y buscar alternativas.

¿Cómo enseñamos a mascotas y niños a convivir sin problemas?
Es necesario que enseñemos a ambos como deben jugar y tratarse sin hacerse daño. Para ello es imprescindible que los primeros contactos estén supervisados por un adulto que oriente al niño. Es necesario enseñarles que no hay que tirarles de la cola, que no hay que golpearlos y la forma en que deben agarrar y acariciar al animal. Hay que ayudarlos a ver el mundo desde el punto de vista del animal: ¿cómo te sentirías si alguien te tira de las orejas?
De la misma manera debemos enseñar a la mascota, sobre todo a los perros, que el chico siempre está por encima de él en la jerarquía familiar: saludar primero al bebé, darle de comer antes, etc. son pequeñas muestras de este ordenamiento.
Hay algunos puntos que los nenes deberían comprender sí o sí:
- Las mascotas necesitan espacio y no siempre les gusta que les presten atención, sobre todo si están durmiendo o comiendo.
- Hay que pedir permiso para tocar mascotas de otras personas dado que pueden sentirse incómodas e incluso atacar si las toca un desconocido.
- Las mascotas pueden enojarse si se las acaricia o se les juega demasiado: hay que reconocer las señales de fastidio tales como gruñir o retroceder.
- Un animalito que está lastimado o siente dolor puede morder a cualquier persona que se le acerque.
En realidad, los chicos aprenden lo que ven: observando cómo tratan mamá y papá al animalito van a aprender a alimentarla, acariciarla y jugar con ella. Y de esa manera van a obtener un compañero de juegos ideal y un compromiso del que no podrán deshacerse nunca más: si comprás una mascota deberás cuidar de ella.

1 comentario:

Carla Zeballos dijo...

Sabes? cuando era chiquita, tenia un perro doberman, era muy mansito y cuando estaba mal, mas aun cuando mis padres discutian, o surgia un conflicto familiar, subia a mi terraza me sentaba junto a el que se apoyaba en mi falda y le hablaba, el me miraba como comprendiendolo todo y sumado el amor que me daba me hacia muy bien, que los niños tengan mascotas, que aprendan a respetar a los animales es muy lindo y bueno. Mi hija mayor, porque la chiquita es muy chiquita, adopto unos gatitos agregados, no se como lo hace pero la gata deja que solo ella toque sus crias y a pesar de ser gata adulta es muy docil con Julia!