15 dic 2009

Preparados, listo… ¡ya!


Los bebés, por lo general se largan a gatear entre los siete y los nueve meses, algunos antes, otros después, los menos nunca gatean y pasan de reptar a caminar sin escalas: cada bebé es diferente y tiene su propio ritmo de desarrollo: el hecho de que gatee antes o después no significa que sea más o menos inteligente.
Como cualquier etapa, el gateo implica un aprendizaje y una evolución que se puede ver día a día: en sus comienzos se ve un gateo lento, como probando a ver de que se trata. Con el paso de los días, adquirirá una gran destreza y gateará a gran velocidad, recorriendo toda la casa en pocos minutos.
Precauciones a tomar durante esta etapa:
- Dejarlo en el suelo y colocarle por delante sus juguetes preferidos para estimularlo a movilizarse en su búsqueda.
- No someterlo a normas estrictas y a reiterativos “no”: sólo hay que mantenerse firme en las prohibiciones que sean realmente necesarias.
- Ponerle ropa cómoda para que pueda moverse con facilidad.
- Dejarlo descalzo, así siente que se agarra del piso y se cree más seguro.
- No dejarlo nunca solo ya que puede necesitar ayuda ante cualquier situación nueva que pueda surgir.
- Tapar los enchufes y ubicar en lugares altos los medicamentos y los productos de limpieza.
- Proteger con punteras de goma las puntas de aquellas mesas o muebles bajos que puedan ser un riesgo para su cabecita curiosa.
- Mantener el piso limpio y libre de objetos pequeños que pueda llegar a meterse en la boca (botones, monedas, etc.)
- Proteger ventanas, balcones y escaleras.
- Mantener la puerta del baño cerrada: el inodoro es uno de los sitios de mayor atracción para los gateadores.
- Evitar que gatee cerca del horno cuando está encendido y debajo de la tabla de planchar cuando está siendo utilizada.
- Evitar dejar manteles colgando con cosas encima que puedan llegar a caer encima si el niño tira de él.
Este período suele durar alrededor de tres meses, hasta que se largan a caminar. No obstante, esto no quiere decir que cuando empiecen a caminar, abandonen por completo el gateo: suele suceder que gatean muy rápido y dominan por completo los movimientos y que esto les resulte mucho más cómodo y eficiente que un andar recién estrenado, vacilante e inseguro. Recién cuando marchen con seguridad, dejarán el gateo por completo.
Lo más importante de todo es la satisfacción que siente el niño cuando descubre que puede desplazarse solo: tan satisfecho se siente que suele estar la mayor parte del día en constante movimiento, llegando a la noche mas cansado de lo habitual pero logrando que a sus padres les pase lo mismo…

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