10 nov 2009

El cuarto del rey de la casa

Crear un cuarto para el bebé es una tarea placentera pero para la que hay que tener muchos detalles en cuenta: debería ser un lugar seguro, agradable y confortable tanto para el bebé como para la madre, dado que allí se pasarán muchas horas.
Existen muchas opciones de muebles para que descansen los bebés: moisés, practicunas, catres, cunas, cunas funcionales. La más práctica es la cuna funcional: no requiere ir cambiando de mueble a medida que el niño crece y generalmente ya incluye una cajonera y un espacio apropiado para cambiar pañales.
Es importante tener en cuenta algunos puntos al momento de organizar la camita:
- Entre los barrotes no debe haber mucho espacio a los efectos de evitar que pase la cabecita del bebé. Además, la altura de la baranda debe ser suficiente para evitar caídas.
- El colchón debe ser firme y confortable.
- Las sábanas deben ser de algodón para evitar alergias y otros problemas en la piel.
- Se debe colocar una chichonera que cubra los lados de la cuna, para evitar golpes, ya que los bebés se mueven y cambian mucho de posición durante el sueño.
- Se debe evitar el uso de almohadones que puedan causar asfixias.
Lo ideal es que la habitación del niño quede pegada a la de los padres para que ellos puedan acudir ni bien comienza a llorar. Muchas veces las mamás temen no despertarse ante el llanto del bebé: esto nunca es así, las mujeres al convertirnos en madre nunca más volvemos a dormir con la misma profundidad y cualquier movimiento, llanto o vocecita será escuchada al instante.
Otro detalle importante es la temperatura del ambiente: la habitación no debería ser ni la más calurosa ni la más fría de la casa. No obstante ello es importante tomar las medidas tendientes a que el niño pueda dormir plácidamente, tanto en verano como en invierno, descartando dentro de lo posible la calefacción a gas, en vista a los terribles accidentes que el mismo conlleva. También es necesario que el cuarto cuente con una buena ventana que provea no sólo luz natural sino una buena ventilación diaria.
Para dar de mamar, es necesario contar con una silla o mecedora cómoda, con algún lugar de apoyo cercano a los efectos de tener a mano todas las cosas que las mamás necesiten en ese momento: alguna toallita, un vaso de agua o un chupete, por ejemplo. Y es bueno contar con un pequeño velador que provea luz durante las largas noches de idas y venidas entre un cuarto y el otro. También sirve, a medida que los niños crecen para calmar miedos y pesadillas nocturnas.
En cuanto al guardado de cosas, hay que contar con espacio para ropa, juguetes, medicamentos (¡en un lugar inaccesible!), pañales, etc. Por ello es importante contar por lo menos, con un buen placard, una cajonera y algún arcón destinado a los juguetes.
Por último y no menos importante: un par de consejitos en cuanto a la seguridad:
- Ubicar la cuna lejos de ventanas y cortinas.
- Utilizar muebles con puntas redondeadas o colocar protectores en los ángulos.
- Poner tapitas protectoras en todos los tomacorrientes.
No se trata sólo de un espacio para dormir sino el lugar donde se desarrollarán largas noches en vela, momentos de amamantamiento y mimos, cambiadas de pañal, juegos, sueños y pesadillas. Por ello, a poner el corazón y los cinco sentidos en esta tarea.

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