17 nov 2009

¡Nos vamos de vacaciones!

Salir de vacaciones ya no es lo mismo: tenemos un hijo y todo debe planearse con más cuidado: ya no podemos salir con un destino incierto ni podemos pasar un par de días en cada lugar ya que de esa forma no les damos tiempo para adaptarse.
Lo usual es que durante las vacaciones dejemos de lado la rigurosidad de los horarios e intentemos movernos sin estar pendientes del reloj. Pero a los niños pequeños estos cambios les cuestan mucho, por ello es recomendable mantener sus rutinas y las pautas que ya se han establecido tales como dormirse en la cama y no a upa, tomar la leche en una taza, etc. Si cedes a cambiar alguno de estos logros, al volver a casa va a costar muchísimo retomar dichos hábitos.
Elegir el destino
Hay ciertos puntos a tener en cuenta al momento de elegir el lugar en el que vamos a pasar nuestras vacaciones: un lugar de playa o de montaña siempre son aconsejables ya que es muy gratificante para los chicos el contacto con la naturaleza. No obstante, es necesario renunciar a las actividades fuertes como escalar, hacer senderismo, etc. dado que por edad y limitaciones físicas, los chicos no pueden afrontar esos retos. También hay que tener en cuenta los horarios de exposición al sol: hay que organizarse bien, ir muy temprano a la playa y volver al mediodía para que los pequeños descansen y no se expongan a los rayos más fuertes; a la tarde se puede optar por realizar otras actividades o por volver a la playa después de las 16 hrs.
Elegir el medio de transporte
Todos los medios de transporte son aptos para los chicos, sólo hay que ser creativos para evitar que se aburran, escaparle a las peleas durante el trayecto y ¡adelante!
• Auto: el niño siempre debe viajar en la parte de atrás y sujeto con el cinturón de seguridad por lo que se deberán planificar varias paradas para dejar que se estire y que se distraiga un poco. Es necesario tener a mano un bolso con todo lo necesario para cambiarlo (pañales, toallitas, óleo calcáreo), alguna mudita de ropa extra, agua fresca, algunos juguetes y una cortina con adaptador para el vidrio que lo proteja del sol intenso. Siempre es mejor hacer una parada para darle comida o leche: de esta forma se alimentará de forma más cómoda, todos descansan un poco y se evitan accidentes dentro del auto.
• Avión: debes contar con todos los documentos que necesitarás en un bolsito bien a mano, no olvidando la libreta de casamiento o la autorización correspondiente para que uno de los papás viaje solo con su hijo, de lo contrario no se puede salir del país. Es recomendable llegar con tiempo al aeropuerto para evitar largas colas y demoras que sólo logran irritar a los más chiquitos. Por otro lado se debe contar con un bolso de mano con los mismos elementos que necesitarás para ir en auto: material para su cambiado, juguetes, etc. Los niños pueden sentir cierto malestar en los momentos de despegue y aterrizaje debido a la diferencia de presiones en los oídos: para aliviar esta sensación desagradable suele ser útil que succione el pecho de la mamá o el chupete.
• Colectivo: es el medio de transporte más complicado ya que los espacios son muy reducidos, los chicos suelen molestar al resto de los pasajeros y por ello los papás se ponen nerviosos. Además, las paradas no dependen de nosotros.
Armar la valija
Llegado este momento pueden pasar dos cosas: o nos llevamos todo “por las dudas” o por reducir el tamaño de las mismas, a los cuatro días ya no tenemos ropa limpia disponible. Lo ideal es llevar lo necesario para que no le falte nada pero sin exagerar: ayuda mucho hacer una lista previa que nos ayude a verificar qué es realmente lo que se necesita y qué es lo que se puede dejar de lado.
No pueden faltar:
- Chupetes, mamaderas, tetinas, pañales, protector solar y todos aquellos productos de perfumería que utiliza nuestro niño.
- Un mini botiquín: termómetro, antitérmico, repelente, curitas, crema de bismuto.
- Cartilla de vacunación y credencial de la obra social.
- Cuna y cochecito (para el caso de los más chiquitos, los más grandes ya pueden dormir en una cama o en un colchón en el piso)
- Ropa en cantidad, teniendo en cuenta que en casi todos los destinos se suele necesitar abrigo. Varios pares de zapatillas y sandalias también son de gran ayuda.
- Algunos objetos propios del niño: el muñeco o la almohadita que utiliza para dormir, algunos juguetes, un vaso. La mayoría de los chicos extrañan su casa y sus cosas: puede darse que se vuelvan llorones, que les cueste dormirse o que coman menos: ¡a no desesperar! La buena vida se aprende rápido…
Elegir dónde vamos a parar
Todos los lugares son opciones posibles, algunos resultan más cómodos que otros pero todo depende del presupuesto con el que se cuenta:
- Hotel: hay que asegurarse que el hotel elegido esté preparado para recibir pequeños, que no existan inconvenientes al momento de utilizar el comedor y que se puedan pedir comidas o agua caliente dentro de cualquier horario. También es bueno que el hotel cuente con algún espacio de esparcimiento para los chicos, especialmente para aquellos días de lluvia que no nos dejan salir de paseo y en los que los chicos se vuelven locos al estar encerrados en un cuarto.
- Casa o departamento: hay que verificar que no tenga escaleras, que las ventanas estén protegidas y que los enchufes estén ocultos para evitar accidentes.

Todo esto parece complicado y difícil de armar: sin embargo, los niños no son un obstáculo a la hora de viajar, lo importante es organizarse, mantener el buen humor, contar con una dosis extra de paciencia y... ¡a divertirse!

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