11 feb 2010

¡Chau pañal!


Controlar esfínteres no es el simple aprendizaje de un hábito ni una actividad que se logra de una vez y para siempre. Por el contrario, es un proceso desprolijo, difícil, lleno de idas y vueltas: es un momento de crecimiento mental, social y emocional de nuestros hijos, en el que debemos estar al lado de ellos.
Como papás, algunos nos paralizamos ante la incertidumbre de no saber cuándo es el momento indicado. Otros, tratamos de adelantar el proceso, llenos de ansiedad. Sin embargo, hay que saber que tarde o temprano todos los chicos terminan por dejar los pañales.
En este aprendizaje, los niños pasan por diferentes etapas:
- Hacen caca y pis en el pañal sin mostrar ningún interés por ello.
- Avisan que hicieron caca cuando ya está el hecho consumado.
- Avisan que están haciendo caca, mientras efectivamente lo están haciendo.
- Registran la necesidad de hacer pis y caca y avisan antes.
- Tienen ganas, avisan y llegan al baño: pueden esperar.
No todos los chicos tienen los mismos tiempos de crecimiento, por lo general el control de esfínteres se produce más cerca de los tres que de los dos años y no es algo que se da de un día para el otro, hay que respetar el ritmo de cada desarrollo y no creer que porque cumplió tres años ya es hora de que deje los pañales.
La función de los padres, en un inicio, es la de estar atentos a las señales que los chicos dan relacionadas con el tema:
- Muestran interés por el tema, preguntan, observan.
- Se esconden debajo de la mesa, detrás de una cortina o se van a otro cuarto al momento de hacer caca.
- Comienzan a relacionar ciertas sensaciones físicas con el hecho de que van a ensuciarse y ante esto lloran o se quedan quietos y se ponen rojos o lo expresan verbalmente.
- Mantienen el pañal seco durante la noche y sólo hacen pis cuando se despiertan, por la mañana.
Lo más importante es respetar su iniciativa, confiar en que va a ser capaz de hacerlo y darle tiempo, entender que va a haber desprolijidades y que hay mucho de emocional en esta etapa ya que dejar los pañales es dejar lo último que indica que es un bebé y que demuestra su dependencia de mamá.
Muchas veces, se avanza y se retrocede: puede pasar cuando está muy cansado, cuando está muy distraído jugando o cuando se dan situaciones especiales tales como las vacaciones, una mudanza, el regreso al jardín de infantes o la llegada de un hermanito. Estos “accidentes” no deben ser tomados como fracasos dado que no necesariamente eso significa que no puede dominar su cuerpo sino que en ese momento se le pasó. Ante esto, nunca se debe mostrar enojo ni humillarlos con gestos o palabras ni mucho menos compararlos con otros niños.

¿Qué necesita un nene para comenzar con el control de esfínteres?
o Confiar en que “va a poder”
o Que sea respetado y acompañado en esta iniciativa.
o Tener conciencia de sí mismo, utilizando el “yo” y el “mío”
o Lograr ser entendido por medio de la palabra.
o Tener experiencia con alguna despedida previa (chupete, barrotes de la cuna, mamadera)
o Poder subirse y bajarse solito el pantalón y la ropa interior.
o Conocer las partes principales de su cuerpo (brazos, piernas, panza, cola, cabeza)
o Mostrar actitudes rebeldes ante la oferta de ayuda de los adultos (rechazar la ayuda, decir que no, no dejar que lo agarren en todo momento)
o Llamar a sus excrementos por su nombre (caca y pis)

¿Cómo lo podemos ayudar?
La mejor manera de ayudarlos es jugando, sin presiones ni exigencias, valorando sus logros, estando atentos y acompañando. Si se espera el tiempo de cada nene, el proceso resulta mucho más fácil.
1. Compra una pelela o un adaptador para el inodoro: así los chicos se sienten más seguros ya que pueden apoyar los pies y no sufren el típico miedo de caerse dentro del inodoro.
2. No dejes que use la pelela en cualquier lugar de la casa: no debe convertirse en una silla para mirar televisión cómodamente mientras evacúa. El lugar de hacer pis y caca es el baño y no cualquier lugar de la casa.
3. Ponle pantalones sueltos y que sean fáciles de sacar, sin cierres ni botones complicados, que le hagan más difícil la tarea.
4. Ve con él a comprar la ropa interior, dejando que elija la misma y que esto se transforme en algo que le entusiasme.
5. Ponte de acuerdo con las otras personas que cuidan a tu hijo(niñera, abuelos, docentes), así siempre recibirá el mismo mensaje.
6. Prepárate para enfrentar algunos “accidentes” sin reproches. También puede pasar que de tanto aguantar comience a hacer caca muy dura que le haga doler: para evitar esto dale mucho agua y alimentos con mucha fibra.
7. Que aprenda por imitación: que te vea sentada en el inodoro o que vea el papá cuando hace pis (en el caso de los varoncitos) puede ser de gran ayuda.
8. Deja que tire la cadena pero sólo si así lo quiere: hay muchos niños que se asustan con el ruido del baño.
9. Nunca te olvides de felicitarlo cuando avise que quiere ir al baño.

Cumplir con todo es un logro tremendo de su parte: debe aprender a dejar algo que él ha producido en el inodoro y que se vaya por el mismo, situación que muchas veces les provoca miedo. Debe interrumpir sus juegos para dedicarse a una actividad que hasta ahora podía llevar a cabo mientras seguía jugando. Debe aprender a limpiarse la cola y luego lavarse las manos. Debe luchar para subirse los pantalones… sin duda: dejar de ser bebé es un gran lío.

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