17 feb 2010

Como colaborar en la adaptación al jardín

Comienza el jardín, ¡qué grande está! Y a la vez lo vemos tan chiquito… Una nueva etapa comienza y ante ella nos encontraremos con miedos, dudas, angustia, ansiedad: ¿Cómo ayudarlo a adaptarse y cómo adaptarnos nosotros mismos a tantos cambios?
Para empezar es necesario estar completamente seguros de lo que estamos haciendo: nos debe gustar el jardín elegido, la docente nos debe infundir confianza, el momento elegido debe ser el que nosotros creemos correcto: si logramos esa seguridad, se la transmitiremos a nuestro hijo y todo será más fácil.
Una vez más hay que remarcar que cada niño es diferente, cada docente es diferente, cada familia es diferente, cada grupo escolar también lo es. Por ello cada adaptación puede variar y puede durar entre una y varias semanas, sufriendo a veces altibajos, idas y vueltas.
Algunas actitudes que pueden servir:
- Organizar nuestras actividades laborales para poder acompañar al niño en todo el proceso: no es bueno que todos los días lo lleve una persona distinta al jardín, las rutinas para los más chiquitos son muy importantes.
- No hacer que la despedida sea eterna: un beso y un chau, sin largas charlas ayudan a que ellos sientan que estamos seguras de lo que estamos haciendo.
- Hablar todos los días con la docente sobre los progresos y las dificultades que observamos: preguntar que se puede hacer desde casa para ayudar siempre es una buena idea.
- Informar a la docente sobre los detalles que atañen a tu hijo: qué le causa temor, que le gusta, que lo calma; así estaremos atentas a sus necesidades aunque no estemos a su lado.
- Dejar que lleve un muñeco, osito o juguete que lo mantenga “unido” a su casa y a su familia.
- Cumplir con los horarios establecidos: llegar a horario le permite realizar todas las actividades junto a sus compañeros y no demorar la salida también es importante ya que muchos nenes se angustian cuando van otros papás a buscar a sus amigos y no a ellos.
- No lo saques a las corridas de casa: intenta organizar los horarios de forma tal de desayunar tranquilos y jugar un ratito antes de salir para el jardín. Actuar de forma tranquila no provocará nervios ni llantos.
- Prometer alguna actividad que le gusta para la hora en que lo vas a ir a buscar y cumplir con la misma: así sentirá que le estás diciendo la verdad.
- Demostrar interés en lo que hace en el jardín: averiguar las canciones que cantan habitualmente para repetirlas en casa, no olvidar llevar los materiales que la docente requiera para que no se sienta “distinto” a los demás.
- Poner todo en palabras: por más chiquito que sea tu bebé, entiende. Contarle durante el camino adonde vamos, las cosas que hará allí, decirle que mamá se va a trabajar y que lo va a cuidar la “seño” son todas frases que servirán para que se sienta tranquilo y confiado.
No existe un manual de instrucciones para bebés. Ni una receta mágica que logre que los nenes se queden en el jardín sin llorar.
Tampoco es fácil para las mamás dejar a su hijo: buscan la mejor opción posible para resolver la necesidad de delegar el cuidado del pequeño mientras trabajan pero ello siempre acarrea angustia, aunque intenten negarlo o hagan de cuenta que está todo bien. Y esta angustia es expresada por el bebé que grita y llora. Por eso, lo más importante es estar tranquilas, ser pacientes y buscar apoyo: docentes y autoridades del jardín pueden alentarnos en esta etapa y colaborar para que no sea tan dura. Otras mamás también pueden ser útiles: escuchar otras experiencias suele servir… y no desesperes: en poco tiempo, tu hijo va a estar llorando porque no quiere irse a casa.

1 comentario:

Agus dijo...

Muy buena la nota, voy a tener en cuenta los consejos!! gracias!!