10 feb 2010

La anécdota del Rey León


Gabriel (papá de Matías): Soy de la época en que los dibujitos animados eran en su mayoría animales y no robot o criaturas futuristas como ahora.
Tom y Jerry, Don Gato y su pandilla, La Pantera Rosa, La Hormiga Atómica, El Pulpo Manotas, El Correcaminos y el Coyote, Las ardillas Chip y Dale, Mickey, Pluto, Donald, Tribilin. Son algunos de los tantos que solíamos mirar por la tele. Creo que eso nos inculcó desde chicos cierto cariño hacia los animales.
Ahora tengo 36 años, estoy casado y tenemos un hermoso bebé de un año. Matías.
Matías tenía ocho meses y con mi mujer nos pareció una linda salida llevarlo al zoológico -Tal vez una excusa para ir yo, ya que soy un gran consumidor de documentales, y el zoo, si bien de manera diferente, es lo mas cercano a estar en contacto con esos maravillosos animales -
Lo cierto es que recorrimos el predio, mostrándole las diferentes especies de la forma más didáctica posible:
“Mira el hipopótamo…Que grandote… y tiene un bebé hipopótamo. Que lindo”
“Huy, mirá el monito como come maní…y como salta”
“Mira el León como duerme…”
Bueno, todas esas frases que sacadas de contexto quedarían bastante bobas, nada sirvieron para llamar la atención de Mati. Ocho meses, era demasiado chiquito y el solo miraba la gente que se agrupaba para contemplar los animales. Salvo los cervatillos, que le dimos de comer, el resto pasaron sin pena ni gloria por las narices de Matías…
Desilusionado, me prometí volver cuando sea mas grandecito, pero no por ello dejar de seguir inculcándole la pasión por los animales.
Para Navidad, a un mes de cumplir el año, dentro de todos los regalos que le hizo la familia a mi hijo, recibió un librito con una cabeza de león de peluche. Esos que pones el dedo por detrás tipo títere y mientras contas el cuento el animalito se mueve…
El primer día que se lo conté, me puse detrás del libro y moviendo el dedo que agitaba la cabeza del león le gruñía a cada rato. GRRRR, GRRRR. A lo que Matías imitaba abriendo la boca y haciendo una onomatopeya de gruñido, más similar a JJJJJJJJ que a GRRRRR.
Mati quedó fascinado, y desde ese día es un fanático del león. Cada vez que le decimos ¿donde está el león? Abre grande la boca y hace JJJJJGRRRR. Y aprendió a localizar al león en los diferentes libritos que fue recibiendo.
No veo la hora que crezca un poco más y llevarlo nuevamente al zoológico a que vea al León.
De momento le estamos enseñando el sonido de otros animalitos como el mono, el pato, el perro. A lo que algunas veces Mati responde. JJJJJGRRRRRR...
Jejeje… y bueno, no importa, es nuestro Rey León.

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