18 mar 2010

Problemas en la lactancia: cómo enfrentarlos


La mayoría de las mujeres, sobre todo las madres primerizas, debemos enfrentarnos a problemas relacionados con la lactancia. La buena noticia es que la mayoría de estos problemas se superan con un poco de paciencia y ayuda. A continuación, un breve resumen de los problemas más comunes que pueden surgir y algunos consejos para superarlos:
1) Dolor en los pezones: Dar de mamar no debería doler. Puede ser que al principio haya algo de sensibilidad pero que debería pasar con el transcurso de los días. El mal prendimiento del bebé y la mala postura son las causas principales del dolor en los pezones: si el bebé está prendido correctamente y succionando en forma efectiva, debería poder mamar sin causarle dolor a la madre.
Solución:
a) Intenta que el bebé tenga la boca bien abierta y que agarre la mayor parte posible de la aréola.

b) Extrae con la mano un poco de leche antes de iniciar la alimentación para que el bebé no se prenda con tanta fuerza esperando que llegue la leche.
c) Evita usar corpiños o ropa que sea demasiado apretada o que ejerza presión sobre los pezones.
d) Evita usar en tus pezones jabones o cremas que contengan químicos, lo único necesario para su limpieza es el agua. También puedes dejar que los pezones se sequen al aire libre luego de amamantar, esto ayuda a cicatrizar pequeñas heridas causadas por la presión de la boca del bebé.
2) Congestión: Los senos se sienten muy duros y duelen, puede aparecer hinchazón, sensibilidad, calor, enrojecimiento y hasta una leve fiebre. Sucede porque la leche se acumula y suele pasar entre el tercer y el quinto día luego del nacimiento del bebé.
Solución:
a) Asegúrate que el bebé esté prendido y posicionado correctamente y amamántalo a menudo. Permite que lacte todo el tiempo que desee hacerlo: amamantar frecuentemente del lado afectado ayuda a extraer la leche y a evitar que el seno se llene demasiado.
b) Evita las mamaderas suplementarias y el uso excesivo del chupete.
c) Para aliviar el dolor utiliza compresas frías.
d) Si te reincorporas al trabajo, trata de extraer leche en los mismos horarios en los que amamantabas a tu bebé cuando estabas en casa.
3) Obstrucción de los conductos mamarios y mastitis: Un conducto mamario obstruido se siente como un nódulo sensible y doloroso, no viene acompañado por fiebre y sucede cuando un conducto mamario no se vacía correctamente y se inflama, por lo que los tejidos que lo rodean también se inflaman.
Una mastitis, en cambio, es un dolor o un nódulo en el seno que puede venir acompañado por fiebre o síntomas parecidos a los de la gripe, secreción amarillenta del pezón o senos calientes al tacto y rojos.
Solución:
a) El dolor puede ser calmado aplicando calor, con una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente. También es útil masajear el área, comenzando por detrás del lugar del dolor, con movimientos circulares y en dirección al pezón.
b) Amamanta frecuentemente del lado afectado: esto ayuda a aflojar la obstrucción.
c) Si tienes fiebre o tus síntomas empeoran llama a un médico ya que puedes llegar a necesitar un antibiótico.
4) Candidiasis: Es una infección causada por hongos que se alimentan de la leche, que puede formarse en los pezones y puede transmitirse a la boca del bebé. Los pezones se ven sonrosados, descamados, agrietados, con ampollitas y pican. En el bebé aparecen manchas blancas en el interior de las mejillas, encías o lengua y suele rehusarse a lactar.
Solución:
a) Pónte en contacto con tu médico y con el pediatra de tu bebé para que ambos puedan ser diagnosticados. Existen medicamentos para los dos: el de la madre suele ser una crema para los pezones y al bebé le suelen recetar un medicamento líquido para la boca.
b) Trata de no propagar la enfermedad: no congeles leche que extraigas mientras la padeces, lava con agua muy caliente las toallas o ropa que entre en contacto con el hongo
c) Lava frecuentemente tus manos y las de tu bebé.
d) Hierve durante veinte minutos, una vez por día, cualquier chupete, tetilla o juguete que tu bebé se meta en la boca.
5) Huelga de lactancia: El bebé ha estado lactando bien por meses y de pronto pierde interés y comienza a rechazar la teta. Entre las causas de esto: dolor en la boca debido a la dentición o por alguna llaga, una infección de oído que causa dolor al succionar, enojo por una separación prolongada de la madre o un cambio importante en la rutina, interés en otras cosas que pasan a su alrededor, un resfrío que dificulta la respiración al lactar.
Solución:
a) No te sientas culpable ni sientas que has hecho algo mal.
b) Sigue ofreciendo el pecho e intenta distintas posturas, hazlo en una habitación tranquila y sin distracciones.
c) Intenta seguir dándole leche materna por otro medio: mamadera, gotero, vaso. Controla los pañales mojados para asegurarte de que está tomando suficiente líquido.
6) Pezones invertidos, planos o muy grandes: Algunas mujeres tienen pezones invertidos (metidos hacia adentro) o que son planos (no sobresalen) o demasiado grandes. Los pezones invertidos o planos pueden dificultar la lactancia porque al bebé le puede costar más trabajo prenderse, los pezones grandes pueden hacerle difícil el tener una parte suficiente de aréola en su boca que le permita comprimir los conductos mamarios y obtener suficiente leche.
Solución:
a) Debes saber que tipo de pezones tienes antes de que nazca tu bebé, para estar preparada en caso de tener problemas.
b) Habla con la puericultora del hospital o clínica para obtener ayuda adicional.

Amamantar es una experiencia placentera y relajante, pero toma TIEMPO y EXPERIENCIA. Por eso siempre es bueno saber PEDIR AYUDA a tiempo. Y recuerda que el mejor consejo en relación a dar la teta es “sigue tu instinto de madre, descansa lo suficiente, consume alimentos saludables y variados y bebe mucho líquido, especialmente agua”. No parece tan complicado, ¿no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchos saludos, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!